domingo, 19 de octubre de 2014

Nota en La Nación a Santiago Puiggari.

"Quiero abrir mi propio restaurante"

04.10.2014 | 00:00
Es cariñoso, divertido, canchero. Estudió gastronomía, trabaja, vive con sus padres y sus hermanos, y como cualquier joven de 23 años se está empezando a plantear la posibilidad de irse a vivir solo.
La única diferencia es que Santiago Puiggari tiene síndrome de Down y eso hace que necesite algunos apoyos para poder desplegar todas sus potencialidades. "Son capaces de hacer cualquier cosa, de sorprendernos y dejarnos con la boca abierta. El techo lo ponen ellos. Nosotros estamos tremendamente orgullosos", dice Carina, su mamá, en la casa familiar que tienen en San Isidro. Allí vive Santiago junto a sus padres y sus hermanos: Sofía (26), Martina (20) y Felipe (17).
Como le sucede a la gran mayoría de los padres de un hijo con discapacidad, el primer obstáculo fue encontrar una escuela primaria dispuesta a aceptarlo. Después de haber terminado el preescolar con una muy linda experiencia de integración en el jardín Mother Goose, pensaron en anotarlo en el mismo colegio al que iba su hija mayor, el Saint Mary of the Hills. "La primera respuesta fue que no. Hicimos un recorrido por otros 20 colegios. Ya frustrada, publiqué una carta de lectores en la nacion en la que decía que Santi tenía todo el derecho de aprender como los demás chicos y tuvo un montón de repercusión. Me llamaron de muchos colegios que nos habían dicho que no, entre ellos el de Sofía, y arrancó ahí. A partir de la experiencia positiva con Santi, el colegio empezó a integrar", cuenta Carina, mientras Santi hace sus acotaciones, sentados en el living de su casa.
Cursó hasta 9° grado en este colegio con una maestra de apoyo. ¿Cómo seguir después? Carina empezó a averiguar lugares en los que Santi pudiera estudiar gastronomía, ya que era una actividad que disfrutaba haciendo con su padre. Así fue que asistió al Centro Educativo de Formación Laboral de Vicente López durante 6 años. "A la mañana aprendían a cocinar y a la tarde hacían elaboración y venta", agrega Carina, mientras su hijo asiente con la cabeza.
De espíritu inquieto, Santi hizo un poco de todo: fue sushiman durante 2 años en Sensei, estudió y trabajó junto a la ONG Cascos Verdes dando charlas de concientización en temas vinculados con el cuidado del medio ambiente y hace 3 años que trabaja en Angie's, un restaurante de la zona. "Soy el encargado de las ensaladas, de lavar los platos y los cubiertos. Con mi sueldo le pido a mi papá que me compre dólares así ahorro y me compro cosas para mi cuarto", dice Santi, mientras su madre cuenta cómo fue que consiguió el trabajo: "Publicó en Facebook que estaba buscando trabajo en gastronomía y un amigo de la familia lo puso en contacto con los dueños de Angie's. Un día llamaron a casa preguntando por Santi porque le querían hacer una entrevista de trabajo y yo no entendía nada".
Santi es un hombre de proyectos y tiene muy en claro qué quiere para su futuro: "Quiero abrir mi propio restaurante. Quiero que sea paquete y se va a llamar Par 21, porque todos los chicos con síndrome de Down nacieron con ese par de cromosomas de más. Sólo van a trabajar personas con síndrome de Down", dice este joven que disfruta mucho de viajar, de la computadora pero también de descansar.
En relación a un posible futuro autónomo, recién están empezando a pensarlo en familia. "Quizás el día de mañana se pueda ir a vivir en un grupo de 3 o 4 personas con discapacidad supervisados por un coordinador y ver cómo van avanzando", dice Carina, mientras Santi acota que le gusta la idea, pero que por momentos le da miedo quedarse solo. "Me gusta estar acá con mi familia", dice mientras abraza con fuerza a su papá que acaba de volver del trabajo.

SANTIAGO PUIGGARI

Bio: tiene síndrome de Down, trabaja en Angie's y vive junto a su familia..

lunes, 6 de octubre de 2014