domingo, 23 de octubre de 2011

Una joven Peruana con Sindrome de Down, en la ONU

Nace una líder con capacidades especiales

Presente. Joven con síndrome de down estuvo en Convención de las Naciones Unidas. María Alejandra se manifestó ante la ONU por los derechos de las personas con discapacidad de todo el mundo. Y compartió su experiencia de lucha.

Fueron los aplausos más largos que se hayan escuchado en la sede de la ONU. Más de 500 asistentes de una sesión internacional se rindieron ante el emotivo discurso de una joven peruana. María Alejandra Villanueva Contreras no había pedido nada más justo y necesario que respeto e igualdad para las personas especiales.

Esa tarde, la joven de 29 años subió con tres hojas en la mano. Era su discurso, elaborado íntegramente bajo su supervisión. En las primeras líneas resaltó que ella era solo la voz de otras personas que no han tenido la oportunidad de ejercer sus derechos.

Su voz fue fuerte y clara –no tartamudeo, o al menos no se notó–, dijeron algunos de los presentes. No se trataba de una persona más con síndrome de down, sino de una luchadora que logró que ella y otros 20 mil peruanos con discapacidad ejercieran su voto en el Perú.

Luchadora y decisiva
Fue esa historia de lucha la que la llevó hasta Nueva York (sede de la ONU). En el 2010 María Alejandra tuvo que dejar de lado el teatro, sus clases de órgano y de pintura para dedicarse por entero a que la incluyan en la mesa de votación, derecho que el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) le negó en las elecciones municipales de octubre del 2010.

Para las elecciones presidenciales María Alejandra ya tenía su candidato, pero no sabía si esta vez votaría. Su tenacidad por defender su derecho como toda ciudadana atrajo el apoyo de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down (SPSD) y la Defensoría del Pueblo, logrando que el Reniec reconociera su error y abriera el padrón electoral para que las personas con discapacidad intelectual y mental integraran el grupo de votación.

No fue fácil pero para María Alejandra la experiencia fue interesante. “Fui para que todos los jóvenes del mundo voten. Para reclamar por nuestros derechos de elegir a nuestro presidente –guarda silencio, se acomoda los lentes y sigue–, para que la gente nos escuche, nos respete y no puedan discriminarnos”, responde la joven ante la pregunta de cuál fue el propósito de llegar hasta la ONU.

Antes de terminar su discurso la jovencita del distrito de San Juan de Lurigancho dijo: “Quiero ser una ciudadana como cualquier otra, y lucharé por las mujeres con discapacidad, por que respeten sus derechos y no sean maltratadas”.

El camino de una líder
Así se inicia el camino de una líder, como lo es hoy María Alejandra, interesada por que se respeten los derechos de sus semejantes, también con síndrome de down, algunos campeones deportivos, unos ágiles en la danza, otros maestros en la música. Y los que son olvidados por sus propias familias.
A ellos les envía el siguiente texto: “Dime cuántas veces me mandaste a la colina. No me dejaste salir. No he llegado ni a la esquina. ¿Y así quieres que progrese? ¿Y así llamas a esto vida?/ Me encerraste en el armario. Me pegaste en la cocina. No me enseñaste a leer. Me hiciste causa perdida. /Pero yo soy invencible. Soy un ser que camina. Una furia liberada, un rayo que no termina/ (...) Voy a enseñarte quién soy. Soy un niño que se empina. Un joven que se atreve. Soy una flecha fina. Por eso para tu asombro le he ganado a la colina”.

María Alejandra ha decidido iniciar otra batalla: que quiten de su DNI, en el ítem Observaciones, ‘Discapacidad Mental’.